La cuarta manzana

La cuarta manzana

Tres manzanas famosas han marcado el comienzo de tres periodos de desarrollo de la humanidad hasta el momento actual. Con la cuarta manzana comenzará la última era que nos conducirá al futuro y desvelará el misterio de la Creación.

La primera es la de Adán y Eva. El ser humano adquiere consciencia de la realidad y comienza el proceso de adquisición de conocimiento y de desarrollo de lo artificial.

Comienza a talar bosques, cambiar el curso de los ríos, transformar semillas, construir edificios, puentes….etc.

La segunda manzana es la de Isaac Newton. Abre el pensamiento a las leyes universales, la investigación del Universo y el conocimiento de la materia y la energía.

Comienza el desarrollo de la tecnología: la máquina de vapor, la electricidad, el teléfono, la televisión, los vehículos, los aviones, las sondas espaciales….etc.

La tercera, es la manzana envenenada que mordió Alan Touring para suicidarse, lo que parece ser que inspiró a Steve Jobs para plasmarlo en el logotipo de su famosa organización.

Con la tercera manzana comienza la era de los computadores, la digitalización, la nanotecnología, la inteligencia artificial, la realidad virtual, la robotización.…etc. 

Con la cuarta manzana se desarrollará la inteligencia artificial y llegará un momento en el que la consciencia ya no será patrimonio exclusivo de los humanos.

Los humanos tratarán de controlar a los robots y avatares inteligentes pero llegarán al final de su misión. Simplemente formarán parte del Jardín del Edén que será controlado por una nueva naturaleza artificial.

En el libro se analizan las incógnitas de la realidad que vivimos y las preguntas que tenemos que hacernos para detectar la aparición de la cuarta manzana que transformará la humanidad.

Con la cuarta manzana los seres humanos entraremos de lleno en el misterio de la Creación para llegar a entender nuestro destino final.

Cuando las máquinas piensen

Cuando las máquinas piensen

Preocupado por que llegue un momento en el que las máquinas piensen, escribí este libro en 1983.

Figura en el Registro de la Propiedad Industrial con el número 126645 desde el 1 de marzo de 1983. El texto original está desde entonces catalogado en la Biblioteca Nacional.

En 1983 contraté su publicación con una editorial que quebró antes de publicarlo. Poco después, el mismo año 1983 me trasladé a vivir a Londres por cinco años, por lo que el libro quedó en el olvido.

Ahora en 2019 lo publico en su versión original aunque sea de otra época porque el tema de fondo sigue estando de actualidad y no está desautorizado por el paso del tiempo.

Hace treinta y cinco años no existía internet, ni los teléfonos móviles, ni las redes sociales, y los ordenadores de mesa tenían poca capacidad y no estaban al alcance de todos. Entonces casi nadie pensaba que llegaría el momento cuando las máquinas piensen. Ni mucho menos en que la inteligencia artificial podría superar a la humana y llegar a ser una amenaza a controlar.

El libro plantea el desarrollo de los sistemas sociales con treinta y cinco años de anticipación. Vislumbra la aportación de los medios electrónicos en la comunicación social como un anticipo de lo que hoy son las redes sociales.

Por esto he decidido publicarlo ahora como una primera referencia, vista desde el pasado, de cómo puede desarrollarse el futuro de la humanidad. Ahora que está acelerándose el desarrollo tecnológico y los nuevos computadores cuánticos próximos a aparecer multiplicarán por miles de millones la capacidad de cálculo.

Vivir mas y mejor

Cómo vivir más y mejor: ....una armonía que proporciona felicidad y prolonga la vida de [Serrano de Entrambasaguas, Guillermo]

Para vivir más y mejor necesitas tener armonía en tu conciencia y un mínimo de estrés.

Así podrás tener las ideas claras y tu cerebro podrá operar con alto rendimiento. Porque una tensión mental excesiva produce poco a poco deterioros orgánicos.

Las situaciones que afrontas a diario deforman tu visión de la realidad porque te hacen acumular estrés y consumir más energía, lo que perjudica a tu salud y acelera el envejecimiento.

Para vivir más y mejor tienes que tener ideas claras. Para ello tienes que  reflexionar cada cierto tiempo para restablecer la armonía en tu pensamiento. Así podrás mejorar las respuestas emocionales inconscientes cuando tengas que reaccionar sin tiempo para pensar.

El libro «Cómo vivir más y mejor» te invita a reflexionar sobre cuestiones que afectan a tu vida diaria con la ayuda de 114 pautas, provisiones y cautelas. Son 114 «píldoras», sobre las que puedes meditar y razonar hasta que tu Conciencia tome posición.

Estas 114 reflexiones no incluyen de forma exhaustiva todas las que puedan ser fundamentales. Son un conjunto coherente de cuestiones sobre las que tienes que tener ideas que no se contradigan ni necesites estar continuamente revisando.

Con ideas claras, tus esquemas mentales serán simples y coherentes. Conseguirás una armonía mental que proporciona felicidad y prolonga la vida. Un fondo de paz y tranquilidad que te ayudará a obrar con acierto. Porque el trabajo de tu cerebro será más eficiente y podrá operar durante más años para permitirte vivir más y mejor.

Si sigues ésta disciplina, tendrás una visión más simple y práctica del mundo que te rodea porque arrojarás luz en tu Conciencia sobre muchos ángulos obscuros que te atormentan y condicionan. Es como tener un faro que ilumina tu camino para que no caigas en las trampas que la vida diaria te tiende.

La Mente y la Consciencia

mente y concienciaLa Mente y la Consciencia no son la misma cosa aunque están relacionadas.

La Mente es el sistema que dirige nuestro organismo y nuestras reacciones. Va acumulando sabiduría a medida que vamos procesando nuevas experiencias. Utiliza la  información y programación que residen en el cerebro.

En la actividad diaria muchas de nuestras reacciones son reflejos automáticos que ejecutamos de forma mecánica. Pueden ser actuaciones inconscientes, como las que controlan la temperatura del cuerpo u otras similares programadas en el código genético.

También pueden ser reacciones emocionales o respuestas programadas que hemos ido adquiriendo.

La Consciencia es la capacidad del ser humano para reconocer y percibir la realidad. Es el medio por el que el individuo se reconoce a sí mismo en el mundo.

La Consciencia es algo más externo a la programación e información que residen en el cerebro. Aporta una visión global del entorno y de las dificultades que hay que afrontar en cada momento.

La Consciencia percibe la realidad para la que no tenemos respuestas concretas ya elaboradas que decidan nuestro comportamiento.

Hay científicos que opinan que la Consciencia es consecuencia de que la información acumulada en el Cerebro ha alcanzado una «masa crítica».

Es evidente que la Mente y la Consciencia están muy relacionadas y operan conjuntamente. No obstante, no acaba de estar claro que la muerte cerebral acabe también con la Consciencia o si ésta sobrevive al cerebro en otra realidad que desconocemos.

Esto entra ya de lleno en el territorio de las creencias.

Sistema de aprendizaje inconsciente


Los seres humanos adquirimos conocimiento y capacidad de acción por un sistema de aprendizaje inconsciente basado en las experiencias vividas.

Llegamos a este mundo dotados de un conjunto de instrucciones que están contenidas en el ADN. Es una especie de sistema operativo que procesa algoritmos básicos imprescindibles para vivir y desarrollarnos.

Estas instrucciones controlan la temperatura del cuerpo, el suministro de oxígeno al cerebro, la producción de proteínas,….etc.

Además, desde el nacimiento, vamos incorporando otros algoritmos adicionales que necesitamos para vivir en sociedad.

Esta programación añadida es fruto de un proceso de aprendizaje inconsciente que realizamos a partir de las experiencias vividas. Y después de contrastar que los algoritmos elaborados pueden operar correctamente los incorporamos al conjunto de los programas de acción.

Si la experiencia vivida es pobre en contenido, la adquisición de conocimiento será escasa y el progreso muy limitado. Esto puede comprobarse en casos extremos de niños perdidos en la selva que vuelven a la civilización tras muchos años.

El proceso de aprendizaje inconsciente tiene lugar durante la etapa nocturna cuando están desactivados los sentidos externos y el consumo energético es mínimo.

Las fases de sueño profundo son un «laboratorio» en el que simulamos nuestras actuaciones en las experiencias vividas con miles de variantes. El cerebro «fabrica» algoritmos cuya aplicación pueda ayudarnos a reaccionar en actuaciones futuras similares. Y una vez que constata que son válidas y útiles las incorpora como fórmulas automáticas de acción.

Si homologamos reacciones automáticas siendo imperfectas, las actuaciones posteriores serán también imperfectas. Un mal conductor conducirá mal toda su vida, salvo que tenga experiencias traumáticas que le lleven a «revisar» su forma de conducir.

Si llegamos a conocer exactamente como opera el sistema de aprendizaje inconsciente, estaremos en condiciones de replicarlo en un computador. Entonces podremos programar avatares de realidad virtual que también aprendan de su experiencia.

Incluso podrían llegar a alcanzar una cierta «masa crítica» y adquirir consciencia propia. Es el camino de la inteligencia artificial.

Mente y cerebro

menteMente y Cerebro son dos realidades distintas aunque están muy relacionadas.

El mundo de la ciencia considera generalmente que la Mente es una consecuencia del Cerebro, pero hay  corrientes de pensamiento que niegan esta dependencia e incluso sostienen que la Mente sobrevive al Cerebro.

Entre ambas inclinaciones hay numerosas experiencias cercanas a la muerte que han sido y son objeto de estudio para encontrarles explicación.

El conocimiento adquirido a lo largo de la vida parece que subyace en el Cerebro pero no está claro si la Mente aporta valores añadidos que no necesariamente están «escritos» en el Cerebro.

Hay en la actualidad varios proyectos en el mundo para alojar en un ordenador una réplica de la información de un cerebro humano. Tratan de analizar hasta que punto se puede externalizar la Conciencia y la Mente como camino hacia la inmortalidad.

También hay proyectos avanzados de inteligencia artificial que tratan de profundizar en la posibilidad de que lleguen a adquirir consciencia propia. No está claro si ambas aproximaciones llegarán a converger o cruzarán sus caminos y tendrán un desarrollo independiente.

Mente y Cerebro siguen entretanto siendo una realidad misteriosa. La nueva era de Singularidad que se prevé para las próximas décadas podrá dar una respuesta que puede que no sea definitiva.

Los sueños son juegos de realidad virtual

Los sueños son juegos de realidad virtual que tienen lugar durante la etapa diaria de descanso. Durante ese periodo, generalmente nocturno, dejamos de tener actividad en el mundo real y nos sumergimos en una fase de reciclaje.

En el periodo del sueño descansan y se regeneran los diversos órganos de nuestro cuerpo físico. Pero lo mas notable es que tiene lugar un proceso misterioso de revisión de la información que reside en nuestro cerebro.

Con los sueños entramos en un mundo virtual en el que vamos asimilando las experiencias que vivimos a diario. Las conclusiones de este proceso se traducen en nuevos algoritmos que añadimos como nuevas funciones operativas de nuestro cerebro.

Durante los sueños fabricamos y perfeccionamos reacciones emocionales. Una vez homologadas por el inconsciente son patrones de reacción que aplicaremos de oficio durante el estado de vigilia, cuando hay que reaccionar sin tiempo para meditar.

Las escenas que «vivimos» en los sueños nos parecen reales. De hecho son «vistas» por nuestros ojos, y por eso en la etapa más profunda de los sueños movemos los ojos con extraordinaria rapidez. Es como si estuviéramos viviendo los episodios soñados de forma acelerada.

Durante los sueños estamos entregados a desmenuzar los esquemas lógicos de nuestras experiencias, repitiendo una y otra vez actuaciones similares a las vividas. De esta forma identificamos patrones de comportamiento que homologamos como actuaciones que son útiles y las asimilamos como reacciones automáticas a aplicar en la vida diaria.

Durante los sueños tenemos los sentimientos «desconectados» y podemos «vivir» escenas espeluznantes sin sufrimiento como si fuéramos meros espectadores. Es un proceso de laboratorio en el que sintetizamos nuevas funciones operativas que complementan a las que hemos adquirido en los genes.

Los sueños son juegos de realidad virtual que enriquecen nuestro conocimiento y amplían el alcance de nuestra conciencia para poder seguir afrontando el reto de vivir.

Somos prisioneros del tiempo

Somos prisioneros del tiempo. Nuestra vida discurre desde el pasado hacia el futuro sin poder dar marcha atrás en nuestros actos, aunque paradójicamente podamos ver una película al revés.

El tiempo es  una flecha que siempre está avanzando. Es una limitación que la Ciencia ha tenido que reconocer que es un fundamento básico de la realidad.

Sin embargo, el futuro de la vida humana está ya decidido para quien nos observe desde la profundidad del Universo. Porque nuestro futuro estará ya escrito y caminando hacia el punto de observación todo el tiempo que tarde en llegar la luz.

Desde el centro de la Vía Láctea, que es nuestra galaxia, podrían ver nuestra historia desde el homo sapiens hasta el momento actual. Para el observador sería una historia nueva que sin embargo ya está «escrita».

Desde la galaxia de Andrómeda, que es nuestra galaxia vecina «podrían ver» nuestra historia a lo largo de dos millones y medio de años. Es como si se tratase de una película que está ya rodada y no puede cambiarse.

Igualmente nosotros observamos lugares lejanos del Universo que son escenas de hace millones de años que yacen cristalizadas en la profundidad del tiempo pasado.

Es lamentable que no podamos entender la dimensión del tiempo de la misma forma que las otras tres dimensiones espaciales. Es una limitación que condiciona severamente nuestra percepción de la realidad.

Si aplicamos el principio de que «lo más sencillo es lo mas probable» cabría suponer que el tiempo es una dimensión de la misma naturaleza que las demás aunque no podamos entenderla como tal.

La tecnología nos está ayudando a percibir detalles de la realidad que no están al alcance de nuestros sentidos, pero por el momento somos prisioneros del tiempo.

Los viajes en el tiempo son materia frecuente en las películas de ciencia ficción pero hoy por hoy no hay indicios de que sean posibles. Aunque es una contrariedad tenemos que aceptar que no podemos viajar en el tiempo.

 

La Conciencia es un misterio

imagesLa Conciencia es un misterio, el más profundo del universo.

Lo dice Eben Alexander, experimentado neurocirujano norteamericano que ha publicado el libro «Proof of Heaven» sobre su experiencia personal de «vida después de la muerte». Eben Alexander estuvo varios días en coma por causa de una meningitis bacteriana de la que inesperadamente se repuso.

Otro autor que trata este tema es el médico y psicólogo Raymond Moody, en su libro «Life after Life» el el que relata experiencias vividas por sus pacientes.

También es relevante el libro publicado por el cardiólogo holandés Pim Van Lommel «Conciousness beyond life» tras 30 años de operar a pacientes en los ha contrastado numerosos casos de experiencias cercanas a la muerte.

Corroborando que la Conciencia es un misterio, la «John Templeton Fundation» ha dotado 5 millones de dólares para un proyecto de estudio de la inmortalidad (Inmortality project), que será dirigido por John Martin Fischer, profesor de filosofía en la Universidad de California.

En el ámbito de la ciencia en general, se considera que la Conciencia es un misterio pero sobre la base de que es una creación del cerebro. Una visión materialista que presupone que la muerte es el fin de toda forma de conciencia.

No obstante la cuestión no está nada clara, ni tampoco se ha formulado con la amplitud necesaria. Habrá que profundizar.

La era de la digitalización

En la actualidad vivimos en la era de la digitalización. Todo puede representarse y procesarse en computadores.

Podemos obtener imágenes de todo lo que existe o sucede. Y procesarlas, transmitirlas, manipularlas o incluso fabricarlas.

Hasta hace poco tiempo los humanos basábamos el conocimiento de la realidad en lo que veíamos, en los recuerdos, en las representaciones de los artistas o en los relatos de los historiadores.

Ahora, en la era de la digitalización, las imágenes son conjuntos de puntos o pixels con una densidad que determina su calidad o resolución.

La realidad que entra por nuestros sentidos es también digital y se almacena en el cerebro por un conjunto de pixels de la misma forma que los ordenadores procesan las imágenes.

El modelo estándar de la física cuántica abarca toda la realidad del universo, incluidos los seres humanos, como conjuntos de pequeñas partículas.

La física cuántica es una materia difícil de entender, porque se edifica sobre puras formulaciones matemáticas, pero de ellas ya depende un tercio de la economía mundial.

Y si todo lo que observamos, manipulamos, procesamos y fabricamos es de naturaleza digital, parece que tiene que haber un control central asistido por super-computadores. La formulación matemática de la física cuántica nos invita a pensar en ello.

Si como parece vivimos una realidad que está plenamente digitalizada, puede que seamos una «fabricación» que reproduce un mundo virtual. Sería análogo al que nosotros mismos manipulamos con nuestros computadores pero con una tecnología infinitamente mas avanzada.

Y si así fuera, «alguien» tendría que haber «encendido» el computador para producir con ello el Big-Bang. El mismo que controla el sistema operativo que genera la realidad digital para que se desarrolle y aparezca ante nuestros ojos como un mundo real integral.